Tourista - Colores Paganos

Un error que suelen cometer muchas bandas y artistas locales es apostar por el purismo, convencidos de que deben aprovechar al máximo su talento en un determinado género. Durante años, se ha visto a decenas de bandas de rock, por ejemplo, desfilando en los grandes medios, con la promesa de brillar en tierras internacionales. Sin embargo, es poco o nada lo que finalmente logran, y esto se debe, en gran parte, a ese temor de salir de sus zonas seguras, del rock convencional nacido de coros monótonos, pegajosos solos de guitarra, bajos y baterías. En un escenario así, abandonar el purismo musical es casi un deber para una banda con mínimas intenciones de destacar. Son esas ganas las que parecen sobrarle a Tourista, una banda cuya propuesta resulta enormemente llamativa al mostrar una ambición notable en la mezcla de estilos musicales.

Colores Paganos es el álbum debut de Tourista y se presenta como la consolidación de todo lo que la banda ya había adelantado con un EP (Déficit de Atención) y un par de singles. Lo curioso es que, a la vez, se trata de un álbum calculador y potente, digno de un grupo con amplia experiencia en el terreno del indie pop. Y esto, por supuesto, no es gratuito, pues al contar con un líder como Rui Pereira, quien lleva años haciendo música y ha pasado ya por otras bandas, Tourista tiene como una de sus principales armas a la precisión, alejándose así de las típicas torpezas que implica, por lo general, la realización de un primer LP. Por otro lado, también ha sido importante el trabajo en conjunto, como la propia banda ha relatado, con productores extranjeros que aportaron ideas fundamentales para el desarrollo de Colores Paganos.

Definitivamente, este álbum ha sido un proyecto ambicioso, y habiendo dejado claro eso, ahora es cuando cabe preguntarse: ¿el resultado final se corresponde con toda esa ambición? Sí y no. El inicio es intenso, con temas como “Un Ratón” y “Brasil”, que marcan de cierta manera el camino a seguir durante los más de cuarenta minutos que dura Colores Paganos. La primera canción, con atractivas líneas de bajo y letras que no dicen mucho, encuentra sus mejores momentos cuando la instrumentación se mezcla y se genera un éxtasis de guitarras, sintetizadores y baterías. La segunda, por su lado, es quizá lo más rítmico del LP, llegando a parecer, por momentos, un coqueteo del rock con la cumbia electrónica. Asimismo, en “Brasil” ya se empieza a lucir un gran trabajo de percusión, algo que se repite en otros temas y es sin duda uno de los puntos más fuertes del álbum.

Los buenos momentos se prolongan con “Select y Start”, probablemente el tema más atractivo del álbum, cargado de nostalgia desde sus letras (“Volveremos a jugar / fiestas electrónicas / luces psicodélicas / en mi interior / pero tú ya te vas”, proclama el coro) hasta las melodías de una sutil guitarra eléctrica. Aquí, más que nunca, se privilegia el aspecto melódico de la música con el objetivo de generar una respuesta emocional en el oyente. Más momentos disfrutables llegan en “Gato Por Liebre”, en donde vuelve a resaltar la percusión y llama muchísimo la atención un compás de 6/8 que se difumina por momentos gracias al ritmo sincopado propuesto por Tourista en este tema. Por lo demás, se repite la fórmula de sintetizadores, guitarras acústicas y demás, aunque con un ritmo afroperuano en la base, lo que le agrega una variedad interesante a la música.

Y si bien hay varios elementos por resaltar, Colores Paganos también muestra ciertas deficiencias, comenzando por las letras, impregnadas de narrativas vacías y sin mucho sentido, y terminando por una segunda mitad un tanto floja para el LP. En “Cortar Fresas”, un tema que básicamente trata sobre la posibilidad de querer a alguien con quien se tiene poco o nada en común, se escuchan versos como “Hay un mundo que es / Perfecto para los dos / Hay una canción / Perfecta para los dos / No puedo soportar al estúpido de Cupido / que dice que tú y yo somos una rareza”. Y por el lado de la segunda mitad del álbum, temas como “Explotar Contigo” o “El Sistema” se quedan en la intrascendencia por lo predecibles que llegan a ser. Y es que, con todas sus cualidades, Tourista deja de sorprender en varios momentos, sobre todo cuando apuestan por estructuras excesivamente convencionales. Sí, se celebra la mezcla de géneros y el valor de la propuesta, pero con estrofas frívolas y coros repetitivos no es mucho lo que se podrá lograr.