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Superchunk - What a Time to Be Alive








Puntaje: 11/20
Sello: Merge
Año: 2018


Por más problemas y contradicciones que implique, la libertad sigue siendo un valor fundamental en las sociedades occidentales. Incluso en países poco respetuosos con los derechos humamos como Estados Unidos, en donde una persona afroamericana tiene seis veces más probabilidades de ir a la cárcel que una blanca, se mantiene un sólido respeto por algunos elementos indispensables para hablar de sociedades libres. Uno de ellos, aunque no el más importante, es la libertad de expresión. Como muestra, veamos todo lo que se ha dicho sobre Donald Trump tras su ingreso en la Casa Blanca, hace poco más de un año, y preguntémonos cuántas de las personas que lo han acusado (justamente, en la mayoría de los casos) desde racista hasta pederasta ha tenido que lidiar con las consecuencias de dichas acusaciones. Naturalmente, esta libertad casi absoluta para opinar sobre cualquier tema juega también un rol importante en la creación musical. La música, como bien nos enseñó el siglo xx, puede ser un arma de lucha, un factor de cambio social. Con ilusión, hemos visto que aquella función se ha recuperado en norteamérica a través de una diversidad de artistas que, mediante su obra, han levantado la voz en contra de la figura de Trump. Y justo en esa línea parece ir What a Time to Be Alive, el nuevo álbum de la emblemática banda de rock Superchunk. Sin embargo, la ilusión se puede ir apagando mientras lo escuchamos.

Con más de veinticinco años en la escena musical, Superchunk no es una banda más en la inabarcable lista de propuestas estadounidenses vinculadas al rock. De hecho, la denominación de emblemática no es gratuita, pues hablamos de un grupo con más de una decena de álbumes publicados, que lleva consigo el mérito de haber revitalizado la música de Carolina del Norte a inicios de los noventa. Por ello, hablar de Superchunk es hablar de la historia del rock en Estados Unidos, una asociación que parece haber sido entendida por cada integrante de la banda en la realización de su nuevo álbum. Quizá podamos darnos una idea desde el título del LP, el cual sugiere un malestar generalizado que dificulta la vida en estos tiempos. De hecho, el primer tema, también titulado "What a Time to Be Alive", es de por sí un grito de pesimismo, un inicio contundente cuyos coros proclaman: "The scum, the shame, the fucking lies / Oh what a time to be alive". En general, es esta misma narrativa desencantada la que marca el destino del resto del álbum, a veces con algo de brillantez, pero casi siempre con una ligereza desalentadora.



Y es que este álbum está más lleno de eslóganes que de radiografías profundas acerca de las fracturas sociales en Estados Unidos. Es una producción en donde las potentes armonías de guitarras y enérgicos golpes de baterías parecen siempre al servicio del trabajo vocal, de una serie de discursos cuya fuerza interpretativa es todo lo que tienen para ofrecer. En "Lost My Brain", por ejemplo, Mac McCaughan hace un manifiesto de resignación ("I surrender to the flow of shit / That came aboard last year") durante poco más de un minuto, dando forma a un track lleno de intensidad musical y, al mismo tiempo, carente de impacto lírico. Algo semejante sucede en temas como "Dead Photographers" (se propone un nosotros que no representa algo muy llamativo) o "Reagan Youth" (especie de homenaje a otra célebre banda de rock), ambos de un cuerpo musical muy sólido, bien cohesionado y envolvente. pero con letras que más parecen frases aleatorias sin otro hilo conductor que el de la sumisión ante los males del mundo. A partir de ello, en What a Time to Be Alive suceden cosas tan curiosas como la de escuchar al líder de una banda con historia y reconocida afirmando, en un tema titulado "Bad Choices", que sus cincuenta años de vida han sido miserables: "I got a lifetime of shit decisions / I might never learn from them".

Por fortuna y aunque no son muchos, hay movimientos que dan sentido a la existencia de este LP, y tienen una característica en común: superar la resignación para emprender un llamado a la acción. Tomemos como referencia "I Got Cut", sétimo tema del álbum. Se trata, como casi todas las demás, de una canción potente con guitarras agresivas, pero algo ha cambiado, pues además de hacer un reclamo en busca de políticas reproductivas más justas (en otras palabras, abortos libres y seguros para las mujeres), muestra una irreverencia notable que no habíamos encontrado antes y da un aire de frescura a la música. Entre otras cosas, aquí se hace referencia a Trump y su entorno como un conjunto de ancianos que ya deberían haber muerto ("These old men won't die too soon"), traidores que han truncado las expectativas de quienes confiaron en ellos. Asimismo, en otros tracks como "Break the Glass" o "Black Thread", la narrativa de rendición se interrumpe y los versos se convierten en una constante invitación a la resistencia, a intentar cambiar las cosas a pesar de lo difícil que parezca.

Hay quien pueda defender la idea de que, para disfrutar un álbum como este, hay que ser estadounidense o al menos vivir allí, algo que en ningún caso lo favorece, pues demostraría que se trata de un trabajo con un potencial enormemente limitado. Sin embargo, este no es el caso. Más bien, What a Time to Be Alive da la sensación de ser un intento por devolverle al rock su condición de agente político, usarlo como una herramienta para diagnosticar el malestar generalizado que vive mucha gente en los Estados Unidos, en una sociedad que cada día parece más polarizada, más renuente al entendimiento. El problema es que es difícil alcanzar tal objetivo mediante una serie de composiciones en las que ningún elemento resalta demasiado. Al final, un álbum cuyas intenciones aparentes pasan por poner a reflexionar nuestras cabezas, termina por hacer que simplemente se muevan de un lado hacia el otro. Una descarga de energía y varios ritmos acelerados no son necesariamente enemigos del pensamiento, pero lograr que vayan de la mano es un reto bastante complicado. Esta vez, al menos, no se pudo.
Superchunk - What a Time to Be Alive
Aspirante a periodista cultural y crítico musical wannabe. Lleva un tiempo intentando hacerse famoso en internet y hasta ahora nada.

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