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Jonny Greenwood - Phantom Thread Original Soundtrack








Puntaje: 15/20
Año: 2018
Sello: Nonesuch


Una de las primeras lecciones que se debe tomar en cuenta cuando se aprende sobre teoría de la música es que se trata de una expresión artística sin valor semántico. Esto quiere decir, en pocas palabras, que la música no significa nada en sí misma. Somos nosotros quienes, al escucharla, le damos un sentido, ya sea por una asociación individual o colectivamente consensuada con una idea. Imaginemos, por ejemplo, que hacemos escuchar la melodía principal de la marcha imperial de Star Wars (o el tema de Darth Vader, o como se le quiera llamar) a una persona que vio todas las películas de la saga. Si le preguntamos qué significa aquella melodía, esta persona nos dirá, con toda seguridad, que se trata de la música referente al líder de los Sith. Sin embargo, si luego probamos el mismo experimento con alguien que nunca tuvo contacto con Star Wars ni con alguna referencia existente a la saga, la respuesta ante la misma pregunta cambiará notablemente. Es casi seguro que para la segunda persona esta música no signifique nada, ya que le será imposible asociarla con alguna idea preestablecida. Precisamente, ese es el caso de quien escribe esto, pues no pude resistir la tentación de escuchar lo nuevo de Jonny Greenwood a pesar de no haber visto la película que dio origen a esta música.

Ante ello, surge la pregunta de si se puede sacar de contexto algo como un soundtrack original para analizarlo de forma independiente a las imágenes. Es algo que estuvo dando vueltas en mi cabeza durante los últimos días y por ello decidí incluir un preámbulo acerca del vacío semántico en la música. Debe quedar claro, entonces, que aquí se intenta juzgar el álbum de Greenwood en tanto pieza musical y nada más que eso. Si la música ha potenciado las capacidades audiovisuales de Phantom Thread (película de Paul Thomas Anderson que acaba de ser nominada al Oscar) es algo que no interesa en este caso pues, teniendo en cuenta que en Perú se estrenará recién en marzo, aun no podemos saberlo. Lo que sí sabemos es que la carrera de Jonny ha llegado a un punto en el que resulta injusto reconocerlo solamente por ser el guitarrista de Radiohead. Con más de quince años componiendo soundtracks y llevando a cabo proyectos junto a otros artistas (desde la banda india Rajasthan Express hasta el compositor polaco Krzysztof Penderecki), cabe preguntarse si detrás de esa imagen de guitarrista desgarbado y maníaco no se esconde, en verdad, uno de los músicos más importantes que ha dado Inglaterra en las últimas décadas.

Y es que la música de Greenwood puede alcanzar dimensiones monumentales. Es verdad que tener una orquesta de sesenta músicos a disposición es una ayuda, pero no cualquiera sabe aprovecharla. Durante los más de cincuenta minutos que dura este álbum, asistimos a una exquisita exhibición de creatividad, moldeada con la potencia melódica de violines, cellos, arpas, pianos y varios instrumentos más. La música de Phantom Thread fluye constantemente y casi nunca es plana. Es como si nuestra mente tuviera que ir corriendo a alcanzar cada melodía, cada movimiento de la orquesta, pues en cada uno de esos pasos se logra sentir una evolución, un viaje hacia una dirección clara y a velocidad vertiginosa. Esto vuelve complicada la tarea de destacar algún tema de entre los dieciocho que componen el álbum, pero sería absurdo ignorar la atmósfera envolvente que se alcanza en piezas como "House of Woodcock" o "Alma". En ambas, predominan el teclado y los instrumentos de cuerda, siempre repartiendo el protagonismo entre sí, y siempre con progresiones armónicas deslumbrantes, pensadas para capturarnos desde lo emocional.


Pero quizá lo más llamativo de Phantom Thread sea la versatilidad que muestra el estilo de composición de Greenwood. Su estilo es sobrio y detallista, ambicioso sin ser abrumador, original sin dejar de lado los principios de la tonalidad. "Sandalwood I" es una muestra de la dinámica que generan los cambios de ritmo y de compás, en los que se juega peligrosamente con los 10/8 y los 4/4. Por su lado, "Boletus Fellus" es una celebración de lo siniestro, una pieza cargada de tonos graves que parecen remitirnos a una situación de peligro, como si algo muy malo estuviera por suceder. El tema principal del proyecto, "Phantom Thread", se escucha siempre intrigante en sus cuatro versiones, y alcanza su punto más álgido cuando se suman instrumentos de percusión que potencian sus cambios de acordes. "I'll Follow Tomorrow" es un festival de notas de piano jugando entre sí, como si las agudas quisieran ganar notoriedad por sobre las graves y viceversa. En "Barbara Rose" se escucha un soberbio trabajo de violines realizando pizzicatos, una técnica que convierte a estos instrumentos de cuerda en auténticas armas percutivas. Ciertamente, podríamos seguir repasando así las virtudes de cada una de estas piezas, cuyo eclecticismo cautiva y hace que escuchar este álbum sea un reto entretenido en todo momento.

En efecto, este es un soundtrack, música hecha para acompañar imágenes. Pero dejarlo allí sería restringir sus capacidades. En verdad, las obras de este álbum pueden musicalizar también el día a día de cualquiera, pues es un constante vaivén de emociones, en el que se pasa del gozo a la melancolía, del misterio a la estabilidad, de la tensión a la tranquilidad. Por suerte, la música rompe sus propios límites, y este es un claro ejemplo. Más allá de pertenecer al mundo del cine, el soundtrack original de Phantom Thread es una invitación a bañar de trascendencia nuestra cotidianidad, a redescubrir en la música esas sensaciones que quizá habíamos olvidado. Y puede servir, además, como introducción a eso que llaman música clásica, acercándonos a un mundo menos lejano de lo que parece. Se dice que Jonny Greenwood compuso varias de estas piezas mientras andaba de gira con Radiohead, para luego iniciar el proceso de grabación junto a la London Contemporary Orchestra por su cuenta. Lo cierto es que, sin duda, la banda se ha nutrido en los últimos años de su habilidad como compositor y arreglista, algo que se refleja claramente en algunos temas de A Moon Shaped Pool. Sin embargo, hacer un paralelismo con este álbum sería injusto. Phantom Thread es, en realidad, el Kid A de Jonny Greenwood.
Jonny Greenwood - Phantom Thread Original Soundtrack
Aspirante a periodista cultural y crítico musical wannabe. Lleva un tiempo intentando hacerse famoso en internet y hasta ahora nada.

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