Puntaje: 7/20
Género(s): Electropop / Britpop
Año: 2014
Sello: Parlophone
Uno de los
aspectos que siempre me ha gustado de Lily Allen, es su habilidad en el arte de
la versatilidad. Puede pasar de ser una mujer provocativa, sensual y
desinhibida, a ser la imagen más encantadora de la ternura, fingiendo miradas
de inocencia con sus grandes ojos. Pero, aunque no resulte tan evidente, hay
algo que Lily no puede dejar de ser: una artista que constantemente trata de
distanciarse de sus colegas, buscando que en su obra musical haya algo que la
distinga. Sin duda, en 2006 fue cuando estuvo más cerca de conseguir tal
objetivo, con Alright, Still, su primer álbum de estudio. En dicha ocasión, y
con apenas veinte años de vida, Lily Allen demostró una ambición interesante,
mezclando géneros y obteniendo un resultado muy llamativo, que andaba entre el Hip-hop, el Pop y el Ska. Así, la joven solista ganó un lugar en la escena
musical británica, y muchos pusieron en ella grandes expectativas hacia el
futuro, perfilándola como una estrella pop en formación.
Tres años más
tarde, en 2009, Allen volvía a llamar la atención de todos con su segundo
álbum: It’s Not Me, It’s You. En él, encontramos varias versiones de su
personalidad, desde videos en los que se mostraba tímida y cohibida, hasta
canciones en las que el coro consistía en repetir una palabra un tanto agresiva. Aunque la crítica no lo recibió tan bien como al anterior, el álbum
fue un éxito en ventas, lo que le permitió a —ya una exitosísima— Lily Allen
tomarse un descanso prolongado. Así, luego de cinco años, durante los cuales
hizo algunas cosas interesantes (tuvo hijos, colaboró en una canción con P!nk,
hizo la versión acústica en piano de una de las canciones más populares de la
banda inglesa Keane), la británica publicaría, en mayo de este año, su tercer
álbum de estudio: Sheezus. Más allá de los parecidos con el nombre de otro álbum famoso, este nuevo trabajo de Allen demuestra que no está dispuesta a
alejarse del pop, y que una de sus metas principales sigue siendo llamar la
atención de todos, a cualquier precio.
Desde la
primera canción, “Sheezus”, que le da título al álbum, las letras comienzan a
anunciarnos todo lo que tienen para decir. En esta canción, son constantes las
alusiones provocativas a otras artistas como Rihanna (a quien llama Ri-Ri),
Katy Perry o Lady Gaga. Fiel a su estilo, Allen utiliza una ya conocida fusión
entre el Pop y el Hip-Hop para desarrollar la narrativa de su canción, que
proclama cosas como “I’m ready for all
the comparisons / I think it’s dumb and it’s embarassing / I’m switching off,
no longer listening / I’ve had enough of persecution and conditioning”. El
asunto va más o menos así: ella está de vuelta, sabe que la van a comparar, ya
no quiere más persecución, pero menciona a otras cantantes en sus coros. Y
aunque parece no tener mucho sentido, en esta canción queda claro que Lily
Allen mantiene intacto su estilo, y está decidida a exprimirlo al máximo.
Y ya que
hablamos de estilos y letras, no puedo dejar de revisar otras canciones impregnadas
de provocación e ironía. Ya vimos el caso de “Sheezus”, pero no es el único en
que Lily parece dirigirse a algunas personas en específico. En la quinta
canción, “Insincerely Yours”, encontramos un rechazo contundente a una de las
costumbres más representativas de los artistas de hoy en día, con versos como “I don’t wanna know about your perfect live /
Your perfect wife and it makes me sick / I don’t give a fuck about your
instagram / About your lovely house or your ugly kids”. De ese modo, se
hace notar lo interesada que está Allen en ser políticamente incorrecta,
construyendo letras que persistan en criticar lo que a ella le parezca
criticable. Y si bien la ironía está, no puedo evitar encontrarla muy simple,
poco lograda, pues se trata de críticas conocidas hasta el cansancio que
no se han intentado profundizar en este caso.
Pasa algo
parecido con los motivos feministas de este álbum. En “Hard Out Here” encontramos a una Lily Allen
más feminista que nunca, proclamando ideas como “I supose I should tell you what this bitch is thinking / You’ll find me
in the studio and not in the kitchen”, o también versos como estos: “If I told you about my sex life, you’d call
me a slut / When boys are talking about their bitches, no one’s making a fuss”.
Más allá de estar o no de acuerdo con lo que se dice en la canción, creo
que las letras se quedan en una superficialidad que no aporta nada interesante.
Pareciera, más bien, que la británica ha aprovechado la trascendencia que ha
venido tomando el feminismo en la conciencia social de occidente para sumarse a
la movida, aunque con un mensaje bastante simple. Y es que el mensaje feminista
puede ser mucho más que decir “la mujer no tiene por qué estar en la cocina” o
“librémonos de la represión en cuanto la sexualidad de la mujer”. Así, tan
sencillo, no resulta interesante.
Sin embargo,
creo que cuando Lily está más cerca de lograr un buen golpazo de sarcasmo es en
“URL Badman”, la novena canción del álbum, en donde critica, con cierta
contundencia, a los que se dedican a juzgar todo desde una computadora, a través
de internet, insultando y perjudicando muchas veces a los artistas. Esta
canción, creo, fue uno de los mejores intentos por lograr una intensidad con
toque irónico en la música, algo que la artista parece haberse trazado como
objetivo. ¿Por qué solo se queda en intento? Sencillo: porque los efectos
Dubstep-Electro en el coro son demasiado simples. Es lo más Skrillex que se le
ha escuchado a Lily Allen hasta hoy. Da la sensación de que ha faltado
dedicación, y que, más bien, ha habido conformismo: hay que hacer que suene
como seguramente va a gustar, porque esta fórmula ya ha funcionado cientos de
veces.
Pero como
nunca me ha parecido inteligente juzgar a la música solo por las letras, y ya
que hablé de fórmulas, tendré que mencionar el problema más grande de Sheezus:
todas, absolutamente todas las canciones de este álbum parecen haber salido del
mismo molde. Las doce canciones que lo conforman tienen la misma estructura:
estrofa – coro – estrofa – coro – momento previo al coro final – coro – fin de
la canción. Esta es una de las cosas que más me disgustan de un álbum, pues
demuestra una evidente falta de ambición en materia de composición. Lo curioso
es que el álbum anterior de Lily Allen, It’s Not Me, It’s You, tuvo el mismo
problema, y esa fue una de las razones que lo hizo deficiente, según la
crítica. Cinco años después, parece que Allen no aprendió la lección, o
sencillamente no quiso tomarla en cuenta.
Sería injusto,
sin embargo, no señalar el impulso que muestran algunas canciones por mezclar géneros.
En la ya mencionada “Insincerely Yours”, encontramos una fusión interesante entre
el Disco-Funk y el Pop, sobre todo al inicio, con bajos muy bien ecualizados
que llaman mucho la atención. También está el caso de “As Long As I Got You”,
construida a base de una fusión entre Country, Folk y Pop, algo que Allen ya hizo antes. Asimismo, está también el caso de “Life For Me”, que combina
guitarras Jangle con percusiones muy vertiginosas; una canción digna de unas
vacaciones en alguna playa del Caribe. Esa es, por cierto, lo más Latin Pop que le escuché
a Lily Allen, solo que en inglés.
Creo que queda
claro que este álbum tiene bastantes problemas. Pero eso sí: es pegajoso por
excelencia. Si alguien está interesado en hacer ese tipo de música que queda
impregnada en la mente de miles desde la primera escuchada, tiene que escuchar
Sheezus. Esta vez, de nuevo al lado de Greg Kurstin, Lily Allen ha desenvuelto
todo su poderío Pop-HipHop-Britpop-LetrasProvocativas, el cual, por supuesto, suena muy
bonito, pero no ha funcionado. Al menos eso sentí yo, durante las más de cinco veces
que he escuchado el álbum. Y es que a pesar de que escuché Sheezus varias veces,
buscando algo positivo para sacar de él (porque creo que Allen tiene un gran
talento), casi no encontré nada. Todo se sostiene en una concatenación de
sonidos pegajosos, y me opongo a creer que de eso se trata hacer música
memorable o bien lograda. Aunque nunca está de más bailar un rato con este tipo de canciones.
Mis favoritas:
3) Air Balloon
5) Insincerely Yours
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