Puntaje: 19/20
Género(s): Electronic / Experimental
Año: 2013
Sello: Rabid Records
Siempre he
creído que cuando alguien se arriesga por el arte experimental, solo puede
haber uno de estos resultados: o termina haciendo algo grandioso, o termina
haciendo algo muy malo. Quizá esto lo sabía The Knife, uno de los dúos de música electrónica más aclamados de los
últimos años, conformado por los hermanos Karin
y Olof Dreijer. Ambos suecos y
amantes de la música, formaron The Knife
en 1999, y, desde entonces, han publicado cuatro álbumes de estudio,
caracterizándose, en sus inicios, por un estilo agresivo de Electro y Synthpop.
A pesar de que su álbum homónimo, publicado en 2001, pareció pasar
desapercibido, The Knife fue una
banda que apareció para tomar un rol protagónico en la incontenible ola de
revelaciones musicales suecas de la que ha sido testigo el siglo XXI.
Ya desde Deep
Cuts (2003), The Knife mostraba un
sonido muy particular, que los llevó a difundir su música muchísimo más,
ganándose la atención de todo Europa y parte de Estados Unidos. Fue fundamental,
en este proceso de popularización, el single “Heartbeats”, que no solo resultaba llamativo por su oferta Pop-Electrónica,
sino también porque el cover acústico de la canción, realizado por José González (un músico sueco-argentino),
formó parte de la publicidad de una conocida marca de productos electrónicos.
Como era de esperarse, esto hizo que la canción se hiciera muy famosa, lo que
generó que muchas personas llegaran a ella, para enterarse luego de que los
compositores originales eran los miembros de The Knife. Sin embargo, a partir de Silent Shout (2006), su tercer
LP, los hermanos Dreijer decidieron
tomar un rumbo más sombrío y experimental. Aquel álbum, con videos un tanto perturbadores y lleno de voces distorsionadas, fue el gran primer paso de Karin Dreijer hacia lo que terminaría
siendo su única producción en solitario hasta hoy: Fever Ray (2009). Mencionar
todo ello es importante, pues de otro modo no se entendería cómo llegó The Knife hasta Shaking the Habitual. Y
como decía al principio, es muy probable que tanto Olof como Karin hayan
sido conscientes de lo peligroso que podía ser un cambio tan radical.
Entre 2006 y
2013, lo único que se supo de los suecos fueron dos asuntos: 1) Karin Dreijer se hacía llamar Fever Ray en 2009 para publicar su
aclamado álbum homónimo (un disco, al igual que Silent Shout, cargado de canciones sombrías y letras enigmáticas) y 2) en 2010 colaboraron con Planningtorock y Mt. Sims en la musicalización de una ópera basada en “El Origen de
las Especies”, de Darwin. Por ello, se dice que Shaking the Habitual marca el
final de una ruptura de siete años, durante los cuales, seguramente, los Dreijer ya andaban haciendo planes
macabros. Según lo relatado por ellos mismos, en una entrevista muy interesante,
cuando decidieron hacer el nuevo álbum (Shaking the Habitual), tenían ya en
mente que sería algo totalmente distinto a lo que habían hecho antes y que lo construirían
en base a temas políticos. Incluso se les pasó por la cabeza cambiar de nombre
para la nueva producción. Y aunque al final siguieron siendo The Knife, este álbum realmente parece
no encajar con su obra anterior, debido a lo insólito de su propuesta musical.
Para empezar,
se trata de un álbum doble, que, en su totalidad, tiene una duración de casi noventa
y siete minutos. La división entre el primer disco y el segundo es muy clara. El
primero es energía pura, con canciones como “A Tooth For An Eye”, que le da inicio al álbum y consiste en una
construcción magistral de percusiones, sonidos digitales y la siempre
excéntrica voz de Karin Dreijer; o “Without You My Life Would Be Boring”, que, también, muestra un
excepcional trabajo de percusiones, esta vez acompañado de unas vocecillas
chillonas y unas flautas que resuenan en las partes más intensas de la canción.
Pero quizá lo más potente del primer disco sea “Full Of Fire”, la segunda canción, que, con más de nueve minutos
de duración, comienza a sugerir el mensaje de The Knife en Shaking the
Habitual. En ella, se escuchan cosas como “Liberals
giving me a nerve itch” o “Not a
vagina / It’s an option / The cock / Had it coming”, y todo termina con la
repetición de esta frase: “Let’s talk
about gender, baby / Let’s talk about you and me”. Así, los hermanos Dreijer anuncian que quieren hablar de
género, de feminismo y de liberales, como si componer estructuras tan arriesgadas
(pues la canción es una obra polirítmica, que pasa por varias fases a partir de
la incorporación de nuevos sonidos y distorsiones de voz) no fuera suficiente
lío.
Sin embargo,
la primera mitad del álbum también muestra algunas composiciones que podrían
parecer sutiles, como “A Cherry On Top”,
una de las canciones más inaccesibles, hipnotizadora, elaborada a partir de una
serie de ruidos distorsionados, sonidos que parecen ir en reversa, y una instrumentación
difícil de describir (al parecer se trata de una cítara), pero que parece dar
unos exquisitos golpes a nuestros oídos. Y es que algunas canciones en Shaking
the Habitual pueden ser estremecedoramente hermosas, aunque en un primer
momento puedan resultar incoherentes o faltas de armonía. Justamente, en lo
último que aparenta estar preocupado The
Knife es en ser armónico o agradable, lo que se demuestra en composiciones como
“Wrap Your Arms Around Me”, que
podría dar la impresión de ser una canción romántica (“When we meet / Wrap your arms around me / Tell me all those things you
haven’t told me”) hasta que, acompañándose de un sonido industrial,
violento, Karin Dreijer da el
golpazo entonando versos así: “Come,
normalize / Then I got the urge for penetration”.
Luego de todo
eso, la primera mitad del álbum termina, pero al estilo The Knife: lo último que se escucha en el primer disco es la muy criticada
“Old Dreams Waiting To Be Realized”,
que no solo es curiosa por su duración (más de diecinueve minutos) sino también
porque es lo más Drone que se escucha en el álbum, pues se trata de unas pocas
notas musicales que van evolucionando a un paso muy, muy lento. A continuación,
ya en el segundo disco, tenemos a una de las canciones más explícitas del
álbum, “Raging Lung”, con un sonido
bastante atmosférico, y, otra vez, percusiones contundentes y agresivas. Se escucha en ella: “Where’s your troubled mind / You’ve got your
money and you got them cause others just can’t / There’s the lottery / About
geography”. Sucede que Shaking the Habitual no es solo una crítica a
la desigualdad de género, pues además se critican asuntos como la riqueza extrema
y los problemas que esta puede conllevar (la versión física del álbum, incluso,
viene con una especie de cómic, en el cual se proponen soluciones para la
riqueza extrema y se leen cosas como “END EXTREME WEALTH”). A ello le sigue la
instrumental “Networking”, que
consiste en una sucesión frenética de sonidos Techno y podría ser una canción
perfecta para ir por la noche en un vehículo a toda velocidad.
Hacia el final del álbum, destacan canciones
como “Stay Out Here”, una de las
composiciones más ambiciosas que los hermanos Dreijer han hecho hasta hoy, con casi once minutos de duración, varias
fases y formas, sonido Techno-Industrial, y un juego de verso-réplica entre Karin y Shannon Funches (artista invitada). También tenemos a la disonante,
punzante, extrañísima “Fracking Fluid
Injection”; o a la, de nuevo,
explícita y rítmica “Ready To Lose”,
un gran final para Shaking the Habitual, en donde resalta, además de los
sonidos únicos que la componen, una lírica resignada, pero a la vez crítica: “Ready, ready to lose a privilege / Disfunction
of culture spin me away / Preserving the bloodline”.
Por mucho,
este es el álbum más logrado de The
Knife. Creo que está de más decir, asimismo, que es uno de los álbumes actuales
más increíbles que he escuchado, y más allá de letras contestatarias o críticas,
se debe al sonido inusitado que exhibe, capaz de asombrar y estremecer la mente
de cualquiera. No es música altamente inaccesible, únicamente requiere
paciencia, unas cuantas escuchadas, pues solo así uno se da cuenta de que van
apareciendo nuevos elementos que enriquecen cada canción. Ciertamente, creo que
Shaking the Habitual plantea una serie de desafíos para la música electrónica
actual, demostrando que es posible llevarla por caminos desconocidos con una
valentía y excentricidad pocas veces vista. Al menos para mí, escuchar música
electrónica nunca será lo mismo luego de Shaking the Habitual, uno de esos
álbumes que te hace entender el arte de otra manera, uno de esos álbumes, en
suma, que suenan al futuro, y que, por eso mismo, nunca formarán parte del
pasado.
Mis
favoritas:
1)
A Tooth For An Eye
2)
Full Of Fire
3)
A Cherry On Top
4)
Without You My Life Would Be Boring
8)
Raging Lung
9)
Networking
11)
Stay Out Here
13)
Ready To Lose
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