Género(s): Indie Folk
Año: 2015
Sello: Sub Pop
A inicios de 2012, Joshua Tillman anunció, a través de sus
cuentas de redes sociales, que abandonaba su labor como baterista en Fleet Foxes, una aclamada banda de
indie folk norteamericano. Con ello, muchos pensaron que Tillman publicaría un nuevo trabajo en solitario, tras los ocho
álbumes que ya había producido entre 2003 y 2010. Y así fue. Pero algo había
cambiado. El multi-instrumentalista ya no firmaba sus trabajos como “J. Tillman”,
sino como Father John Misty, una
especie de “personaje” que creó, al parecer, para comenzar a plantear un estilo
un poco más desenfadado de hacer música. De ese modo nació Fear Fun (2012), álbum que suena muy distante al folk sobrio, de guitarra, golpe suave y voz, que ofrecía Tillman
a finales de la década pasada. Tres años más tarde, Joshua Tillman (o Father John
Misty) ha vuelto a tomar protagonismo en la escena musical norteamericana
para confirmar sus intenciones de alejarse por completo del folk tradicional,
esta vez ya no en sus redes sociales, sino con un álbum de once canciones
titulado I Love You, Honeybear.
Ciertamente, la propuesta de Fear Fun ya anunciaba, de algún modo, lo
que iba a ofrecer I Love You, Honeybear,
sobre todo por la carga de humor e ironía en algunos temas. Este último álbum,
sin embargo, resulta mucho más interesante que el anterior, debido
principalmente a dos aspectos claves: la temática y la instrumentación. La
narrativa íntima y esencialmente personal que ha construido Tillman llama muchísimo la atención,
pues se trata de una serie de declaraciones cargadas de una sinceridad, a veces
un tanto brusca (es recurrente escuchar la palabra fuck durante todo el LP), que logra introducir al escucha a la
atmósfera de cinismo y desilusión que caracteriza este álbum. Si hay algo para
comentar de I Love You, Honeybear,
sin duda son las letras de varios temas. En “The Night Josh Tillman Came to Our Apartment”, por ejemplo, además
de las guitarras sutiles y de las panderetas apoyando las percusiones, podemos
escuchar a un hombre cantando acerca de los defectos de su pareja. “Of the few main things I hate about her, one’s
her petty, vogue ideas / Someone’s been told too many times they’re beyond
their years / By every half-wit of distinction she keeps around”, canta Tillman, regalando melodías vocales
bastante agradables y fáciles de seguir.
En muchos momentos, la música
puede significar un atenuante para lo que las letras están diciendo. El folk
ambicioso, repleto de instrumentos orquestales (como violines o cellos) que
propone Father John Misty, parece no
corresponder a la lírica resignada y pesimista, lo cual genera un contraste
bastante interesante. Quizá la mejor prueba de ello sea “Bored In The USA”, una de las melodías más sublimes del álbum, en
donde, acompañado de un piano de cola y unos violines punzantes, Tillman critica, con cierta ironía, los
ideales de la sociedad norteamericana: “Oh,
just a little bored in the USA / Save me, white Jesus / Bored in the USA / Oh,
they gave me useless education / And a subprime loan / On a craftsman home!”.
Y por si fuera poco, mientras entona aquellos versos, aparecen unas bulliciosas
risas grabadas (de esas que se escuchan en las series de televisión), como si
hubiera, en algún lugar, un público dispuesto a burlarse de sus desgracias. Aunque
hay muchas maneras de comprender lo que estamos escuchando, creo que la idea
central es ironizar sobre una sociedad que, aun repleta de deudas y con una
educación ineficiente, sigue creyéndose autorizada de reírse de los problemas
ajenos. De hecho, una muestra del impacto que pueden tener contenidos como
estos, la podemos encontrar en una presentación que hiciera Tillman en un Late Night Show estadounidense, a finales del año pasado. Es
curioso ver cómo, ni bien termina la interpretación de “Bored In The USA”, el público del programa duda, sin estar seguro
de si debe aplaudir o no.
Pero las letras no son lo
único que Honeybear tiene para
ofrecer. Canciones como “Chateau Lobby 4
(in C for Two Virgins)” o “True
Affection” muestran que la música es otro aspecto para resaltar. La primera,
con menos de tres minutos, es con seguridad lo que más hace recordar a Fleet Foxes, construida a base de
percusiones suaves, violines, una voz principal y otra de apoyo, y en donde
aparece un solo de trompeta en plena mitad del tema, que le da un toque muy
atractivo y demuestra la diversidad de influencias que ha recogido el
compositor en el proceso creativo del álbum. “True Affection”, por su lado, es lo más electro de Honeybear, y quizá lo más electro que ha
hecho Tillman en su carrera. Beats
minimalistas, sintetizadores pop y voces reverberadas son algunos de los
elementos que dan vida a esta canción, la cual, si bien podría parecer fuera de
contexto (pues no tiene nada que ver con el resto de composiciones), le agrega
un toque de variedad al álbum que me pareció muy interesante. Asimismo, “Strange Encounter” es otra canción que
deja notar un esfuerzo detallista en la instrumentación de este trabajo, con
clarinetes, violines y tímidos golpes de baterías.
Y ya que hablamos de la
música, queda claro que en este trabajo, más que nunca, la voz de Tillman es un instrumento más, y uno de
los más importantes, por cierto. Su voz de tenor se luce a lo largo de las once
canciones, siempre acompañada de armonías construidas con acordes menores o
sétimas, lo que agrega esa pizca de melancolía a las composiciones. El quinto
tema del álbum, “When You’re Smiling And
Astride Me”, es uno de los que más predominancia da a las melodías vocales
del intérprete. Acompañado de sintetizadores, sutiles notas de guitarra y un
coro de voces que marca cada cambio de acorde, Tillman muestra todo el potencial de su voz en este tema, uno de los
más lentos y cautivadores de I Love You,
Honeybear. Es similar lo que sucede con “Nothing Good Ever Happens At
The Goddamn Thirsty Crow”, pero esta vez las melodías vocales van
acompañadas de una especie de fusión entre folk y r&b, complementada muy
precisamente con los instrumentos de cuerda (violines), algo que, en suma,
genera un resultado altamente disfrutable.
Hacia el término del álbum, John Misty continúa con su narrativa
desilusionada. “Love is just an institution
based on human frailty / What’s your paradise
got to do with Adam and Eve? / Maybe love is just an economy based on resource
scarcity / But what I fail to see is what that’s got to do with you and me”,
canta en “Holy Shit”, el penúltimo
tema y el más experimental de su nueva producción. Tras lo dicho, queda la
sensación de que I Love You, Honeybear
es un álbum de contrastes, de música enormemente agradable y de declaraciones
que pueden llegar a ser desagradables por la manera tan directa en que están
planteadas. Todo ello no ha logrado otra cosa que un álbum ambicioso, bien
trabajado, con una variedad de instrumentos y estructuras de composición poco
usuales. Al menos yo he disfrutado mucho sus cuarenta y cinco minutos de
duración, y sin lugar a dudas, me ha servido para reafirmar que casi no hay
nada tan sublime como la sinceridad de un artista cuando se busca crear muestras
musicales memorables; y sin llegar a ser algo extraordinario o nunca visto,
este álbum es una de ellas.
Mis Favoritas:
2) Chateau Lobby 4 (in C for
Two Virgins)
3) True Affection
4) The Night Josh Tillman Came
to Our Apartment
5) When You’re Smiling And Astride
Me
6) Nothing Good Ever Happens At
The Goddamn Thirsty Crow
7) Strage Encounter
9) Bored In The USA
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