A veces no entiendo por qué diablos escribo reseñas de álbumes. No, en realidad lo que no entiendo es por qué diablos posteo esas reseñas en internet. Debo ser sincero: por estos días, casi nadie se da el tiempo para escuchar álbumes enteros, quizá por pereza, quizá por problemas de concentración, o quizá simplemente por falta de tiempo. Por el contrario, lo que reclama el público masivo son canciones contundentes, hits de cinco minutos como máximo, para sacarles todo el provecho posible, lo que implica escuchar la misma canción repetidamente, unas cien veces durante dos días, y luego de eso, desecharla. Así funciona, según he visto. Y más allá de saber si eso está bien o está mal (cosa que, sinceramente, no me preocupa), me queda claro que a quienes nos interesa difundir el arte que consumimos para compartir comentarios y reflexiones con otras personas, no nos queda más opción que adaptarnos a las costumbres de las mayorías, pues de otro modo estaríamos condenados a la indiferencia del público.
Y creo que basta con lo dicho. Aquí las diez canciones que más disfruté durante la semana que pasó.

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